El planteamiento de
la actividad de evaluar a alguien en Twitter (Persona o Institución de
referencia) me pareció algo arrogante, me asaltaron –sí asaltaron- varias
preguntas y antes de pasar a realizarla, quería contestármelas.
Las preguntas,
resumiendo todas las variantes y para no alargarme, son:
1. ¿Quien soy yo para evaluar?
2. ¿Qué es evaluar?
3. ¿Con qué finalidad se evalúa?
Las respuestas, que
también me asaltaron, son –también resumiendo- las que apunto tras el “return”:
1. Internet
y todas las facilidades y dificultades que presenta no deja de ser otro ámbito
en el que manifestar nuestras opiniones; puedo, por tanto, evaluar o para
realizar cualquier otra actividad en la red. Como puedo reflexionar, anotar en
mi diario de clase o hablar y decir en cualquier ámbito en el que no me lo
prohiban –que de todo hay-.
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3. Evalúo,
como docente, para que el alumno pueda ver y reflexionar sobre lo que, según mi
criterio, ha hecho y como yo lo valoro. Uno de los inconvenientes de evaluar
como docente es que la evaluación de hace sobre aprendizajes escolares que, a
veces, poca relación tienen con aprendizajes verdaderamente significativos para
el alumno.
Pero también, y sobretodo, puedo evaluar como persona para poder
poner en valor o no diferentes cosas, situaciones, personas, instituciones.
Como consecuencia, no se si lógica pero si obligada, puedo y quiero
evaluarme a mi misma, en diferentes ámbitos, porqué solo evaluándome –dónde
estoy y qué opino-, solo reflexionando sobre eso puedo seguir aprendiendo.
En resumen, evaluar
una cuenta de Twitter me ayudará a, sabiendo cosas sobre esa persona o institución (estilo, uso, intensidad, frecuencia,
conversaciones, interacciones y compromiso) a evaluarme a mi misma.
Y eso haré también
Y eso haré también
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